Como decía en mi primer Post, nací en Perico, yo creo que fuí el único de mis hermanos que nació allí, cosa extraña, uno decía que había nacido en Colón, el otro en Matanzas, el otro en no sé donde, bueno yo vine al mundo con la ayuda de la vieja Nicolasa, en la calle Bernal, en la cuadra siguiente a donde hoy se encuentra la Terminal de Omnibus.
En aquella época habían muchas familias pobres como la mía, vivíamos en un cuarto, mi papá, mi mamá, mi hermana y dos hermanos. Lo que hacía la función de baño, estaba situado en el medio de un patio y pertenecía a varias familias, le llamaban letrina o escusao.
Unos cuantos hermanos murieron, unos al nacer, otros de enfermedades. Esa debió ser la causa por la que mi hermana pensaba el día de mi nacimiento "hay Dios, éste también se va a morir", dice que yo gritaba y gritaba y estaba flaquísimo, así seguí hasta muy tarde. En la familia siempre trataban de explicarse porqué yo era tan flaco y qué hacer para remediarlo; que si se bedía comer siempre a la misma hora, que si esto o lo otro, en realidad no había mucho que comer. Yo comía mucha azúcar, me decían "Azuconga", con la barriga llena de parásitos y caminando lentamente, me decían también "muertovivo".
Mi otro hermano nació en el 63 y en aquella época ni teníamos televisor ni se usaba condón, por tanto debió haber muerto al menos uno en ese período, el próximo creo que nació en el 65 ó 66, al final recuerdo que murió una hermanita que se iva a llamar María Dolores.
En aquel cuarto en que vivíamos recuerdo que había un bombillo eléctrico y le pedía a mi mamá que me cargara para tocarlo, a veces le exigía "cárgame paraooo". El cuarto estaba en el fondo de una casa que tenía puerta a la calle, al lado también en un solo cuarto vivía otra familia que tenían sólo 3 hijos. Para ir a la calle había que pasar por un pasillo lateral.
La calle siempre estaba llena de gente. Un día amaneció un hombre tirado en la acera, yo pensaba que estaba muerto, creo que todo el mundo lo pensaba, como a las diez de la mañana el muerto se levanto y se fue para alivio de todos.
Algunas veces pasabamos hambre pero al final mi papá se aparecía con comida, el bodeguero Pedro el Gallego le fiaba a todo el mundo, entonces venía con pan y media bola de mortadella; qué cosa más rica, por cierto después se desapareció y de esa calidad nunca más se vió en Cuba, o traía jamón del diablo (enlatado) café, se hablaba de la contra, es decir, de algo gratis que daba el bodeguero a quien comprase algo.
Un día mis hermanos se comieron el bacalao que mi papá tenía expuesto al Sol para que se conservara, mi papá me preguntó y dicen mis hermanos que con miedo chivatié a todo el mundo. "?Quién se comió el bacalao?", " Yo no sé, en lo que yo pasé por allí F se comió un pedacito, en lo que yo pasé por allí R se comió un pedacito..."
Después (1965) como si despertara de un sueño o como si estuviera soñando, amanecí en una casa nueva para nosotros, con portal, sala, dos cuartos, cocina, baño ( con azulejos blancos, inodoro, ducha, lavamanos, bidé, cosas que posibemente nunca habíamos visto),portal interior y tremendo patio, donde podíamos hasta jugar pelota. En el patio habían matas de mango, aguacate, naranjas grifúa ( torónjas), naranja agria y chirimoya. Una casa que perteneciera a una familia acomodada, el dueño se llamaba Mariano Garay y se había ido para el Norte como se le decía a EE UU entonces. Lo que nos tocó fué solo la mitad de su casa, la otra parte se la dieron a otra familia pobre y negros como nosotros.
Los Garay eran tal vez una familia rica, antes de ser entrgada, esa casa seguramente fue controlada y despojada de muchas cosas de valor, no obstante nos dejaron a nosotros: juego de muebles en la sala, camas, escaparates y un refrigerador General Electric que todavía hoy mi hermano L lo tiene funcionando en Piner del Río donde vive con su familia. La otra familia se quedó con portal, sala, cuarto, cocina, baño, portal interior, patio y garage con un carro roto, en el que jugamos y tuve la oportunidad de manejar.
Para explicar aquel cambio, mi papá que estaba orgulloso de haber alcanzado segundo grado escolar se refería a la "refolbulbana", y aquello era refolbulbana pacá y pallá. Más tarde en la escuela, seguramente en tercero o cuarto grado supe que mi padre se refería a la Reforma Urbana, pero tampoco supe qué significaba eso, una cosa si estaba clara, se lo agradecíamos a La Revolución y a Fidel.
Teníamos una mejor casa, no, exactamente, teníamos casa, pero la verdad es que había menos comida, ya no se veía el chocolate Baracoa, algunas veces la comida era pan con tortilla y "aguaconazúca". El nuevo bodeguero, era la bodega del Chino, no fiába. Mi padre decía "hoy va hablá Fidel, vamo a vé que dice del arró". En la casa no había radio ni televisión, en muy pocas casas los había, por ejemplo en casa de Mercedes y Pino, los del Comité. El resultado fue que los chinos nos iban a mandar arroz, por lo tanto la situación de necesidad sería transitoria, gracias a Fidel. ( Continuará) Chocolatico Pérez, 26.04.2009 Hannover.
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